Reír a carcajada limpia, gritar como un guerrero, andar como si nos escapará el tiempo, ¡saltar de alegría! Todo esto y más es lo que nos permite adentrarnos en el mundo del teatro.
En nuestro taller podemos ser aquellos personajes que en nuestra vida normal no podríamos experimentar, además de trabajar mucho la escucha corporal y nuestras habilidades sociales hacia el medio.
La principal herramienta del actor son las emociones: transformarlas,
llevarlas al extremo o por el contrario hacerlo pequeñito casi visible
a los ojos, un gesto, una acción congelada o un susurro todo suma a la
escena. Cuando cerramos las puertas del aula y comenzamos el taller
cada miércoles, dejamos fuera lo que nos
sobra para poder a través del calentamiento
ir entrando poco a poco en la dinámica del día, que concluirá con una
escena improvisada.
Gracias a la improvisación nuestra creatividad nos permite adentrarnos en mundos nuevos y conocer a nuestros compañeros más aun de otra forma, siempre desde el juego. Nuestro teatro está orientado no tanto a realizar una obra o un personaje, sino a trabajar esas áreas de mejora emocional, respetando los tiempos y la participación. Aquí nadie está obligado a salir a escena, observar también es importante. Siempre representando otro yo, otro personaje creado desde cero, únicamente con unas pequeñas pautas podemos ser desde un neandertal hasta un policía. El grupo se entrega, disfruta y aprendemos hacer crítica constructiva y lo más importante ninguno de ellos mira el reloj para saber cuando acaba la clase.
Qué me dices, ¿te atreves a jugar?
Arantxa. Voluntaria del CRAP
Gracias a la improvisación nuestra creatividad nos permite adentrarnos en mundos nuevos y conocer a nuestros compañeros más aun de otra forma, siempre desde el juego. Nuestro teatro está orientado no tanto a realizar una obra o un personaje, sino a trabajar esas áreas de mejora emocional, respetando los tiempos y la participación. Aquí nadie está obligado a salir a escena, observar también es importante. Siempre representando otro yo, otro personaje creado desde cero, únicamente con unas pequeñas pautas podemos ser desde un neandertal hasta un policía. El grupo se entrega, disfruta y aprendemos hacer crítica constructiva y lo más importante ninguno de ellos mira el reloj para saber cuando acaba la clase.
Qué me dices, ¿te atreves a jugar?
Arantxa. Voluntaria del CRAP
Me encanta lo que hacéis y cómo lo disfrutáis. Feliz lunes compis. Un gran abrazo desde Zaragoza
ResponderEliminarGracias compañeros, por leernos, por comentarnos y por estar ahí compartiendo el día a día y apoyándonos en la distancia
EliminarGenial la actividad de teatro, es cierto que ayuda a soltarnos en tantas cosas en las que nosotros mismos nos limitamos. Hacer un personaje es como ver a otro hacer las cosas, Genial!
ResponderEliminar¡Sí! Nos ayuda mucho a soltarnos, como decís
EliminarMe parece genial pero yo me muero de vergüenza, no termino de soltarme, se lo voy a proponer a mis monitores a ver si me ayuda a vencer mi timidez.
ResponderEliminarUn saludo
Poco a poco y mediante diferentes juegos te vas soltando casi sin darte cuenta. ¡Pruébalo y verás!
EliminarUn placer poder trabajar con vosotros!
ResponderEliminarLo mismo decimos, Arantxa. Nos encanta tenerte cerquita y disfrutar contigo
EliminarQué buena pinta tiene este taller, cuántas habilidades nos permite trabajar!!
ResponderEliminar¡Sí! ¡Es una maravilla!
EliminarEstoy de acuerdo con lo escrito. El teatro nos ayuda a relacionarnos y fomenta la comunicación entre personas sin importar la raza, religión o condición social. Un saludo. Dani del carmen.
ResponderEliminar¡Gracias, Dani! Es una actividad genial
EliminarEstoy de acuerdo con lo escrito. El teatro nos ayuda a relacionarnos y fomenta la comunicación entre personas sin importar la raza, religión o condición social. Un saludo. Dani del carmen.
ResponderEliminar